Formación Espiritual

Encomienda Tus Días

“Si realmente escuchas al Señor tu Dios y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra” - Deuteronomio 28 by Mayora Arlene Di Caterina Massini

Diariamente nos levantamos de la cama, a diferentes horas, pero todos con una agenda, con algo que debemos hacer, con una meta que cumplir. Un estudio dice que el 89% de las personas mira su celular en los primeros 10 minutos después de levantarse. Sabe que leer algo negativo primera hora cambiará por completo tu estado de ánimo del día. Algunos consejos:  

  1. Desapéguese una hora antes de dormir y agárrelo media hora después de levantarse.
  2. Póngalo sin notificaciones en otra habitación.
  3. Crea una rutina de meditar, leer y desayunar antes de buscarlo.

Como cristianos debemos entregarle a Dios nuestra agenda diaria y no salir solos y descampados. Su día, dejándose cubrir por la Palabra de Dios, será una experiencia de paz y esperanza; mientras que, sin Él, su día estará lleno de ansiedad y desesperanza.

No crea que la promesa de meditar en la palabra de Dios solo le traerá paz y calma, tiene muchos más beneficios. Deuteronomio 28 comienza: “Si realmente escuchas al Señor tu Dios y cumples fielmente todos estos mandamientos que hoy te ordeno, el Señor tu Dios te pondrá por encima de todas las naciones de la tierra” (NVI). Sigue leyendo el resto de este capítulo, especialmente hasta el versículo 14. Verá verbos mostrando que pasará si Dios está primero en tu día.

Si su agenda está ordenada por la Palabra de Dios, su día será bendecido. Fíjese que estamos hablando de su día y no toda vida, porque esto es un acto diario. Diariamente encomendaremos nuestra vida a Sus promesas.

Cuando usted dedica tiempo a escuchar la Palabra, leerla, meditarla, analizarla, considerarla y preguntarle a Dios para que le enseñe y le muestre como aplicarla, sus patrones de pensamiento cambiarán. Y si sus patrones de mente cambian, cambiarán sus actitudes. Y al cambiar sus actitudes, los resultados de sus acciones serán diferentes.

Usted verá resultados en su vida rápidos y otros más lentos. Mientras más espacio le dé a Dios en su vida, más resultado positivo usted verá.

Hay tres grandes renglones en los que todos queremos mejoría:

  1. Familia
  2. Finanzas
  3. Futuro

Cuando usted llena su vida, mente y corazón de la Palabra de Dios, tres cosas le perseguirán:

  1. Su protección
  2. Su provisión
  3. Su promesa

Cuando pensamos en relaciones, usualmente pensamos en novios y esposos. Pensamos primero en nuestras familias. Claro esas son nuestras relaciones máximas y más importantes en este mundo, pero también es importante nuestros amigos, maestros y compañeros de trabajo. Sin embargo, sobre todo, hay que enfocarnos en nuestra relación con Dios. Así experimentaremos Su bendición en nuestras familias y Su protección de nuestras relaciones. Vemos esto en Deuteronomio 28:6-7 (NVI): “Bendito serás en el hogar y bendito en el camino. El Señor te concederá la victoria sobre tus enemigos. Avanzarán contra ti por un camino y huirán de ti por siete caminos”.

Jesús dijo, “El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir; yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10, NVI). El enemigo quiere destruir amistades. Quiere robar hijos y matar matrimonios. Pero el plan de Dios es para vida y abundancia. Dios protege a Su pueblo.

El segundo renglón que siempre buscamos Su bendición es en las finanzas. Vemos Su promesa a Su pueblo en Deuteronomio 28:11-12 (NVI): “El Señor te concederá abundancia de bienes: multiplicará tus hijos, tu ganado y tus cosechas en la tierra que a tus antepasados juró que te daría. El Señor abrirá los cielos, su generoso tesoro, para derramar a su debido tiempo la lluvia sobre la tierra y para bendecir todo el trabajo de tus manos. Tú prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado de nadie”.

Si nos ubicamos en la historia del pueblo de Israel, dice Deuteronomio 27 que Moisés ordenó con los ancianos una serie de reglas que aplicarían al pueblo una vez cruzaran el río Jordán. Es interesante como estas reglas no fueron dadas a los judíos en Egipto cuando el pueblo vivía en servidumbre, sino una vez cruzaron el Jordán y llegaron a la tierra prometida. 

Estas reglas de Dios y de vivir de acuerdo con Sus mandatos no nos aplicaban antes de cruzar nuestro Jordán. Cuando usted no era cristiano, que vivía haciendo lo que quería, la luz no había llegado a su corazón; ni sabia de Sus promesas. Ahora que cruzó, o hace 10, 15, 20 años, esta palabra si le aplica a usted.

Así que no es que sus finanzas serán bendecidas sin usted hacer nada. Usted tiene que darles prioridad a las cosas de Dios y no gastar su dinero alocadamente. Si usted va a hacer una inversión, consúltele a Dios primero. Aprenda a diezmar 10 centavos de cada dólar sin robarle a Dios y verá la provisión de Dios.

Y por último veremos nuestro futuro. La Palabra de Dios está llena de Sus promesas para Su pueblo. Vemos una en Deuteronomio 28:13 (NVI): “El Señor te pondrá a la cabeza, nunca en la cola. Siempre estarás en la cima, nunca en el fondo, con tal de que prestes atención a los mandamientos del Señor tu Dios que hoy te ordeno y los obedezcas con cuidado”.

Algunas de las promesas de Dios fueron sólo para los israelitas. Muchas son para nosotros hoy. En cada una, vemos el carácter de nuestro bondadoso Dios, quien cumple con Su palabra—siempre. Lo que Él pide de nosotros es que nos fijemos en Él diariamente. En vez de fijarnos en nuestras familias, finanza y futuro primero, nos fijemos en Dios—en Su protección, provisión y promesas.

Diariamente, ponga su agenda—su vida—en las manos de Dios y aplique la Palabra. Deje que los estatutos bíblicos ordenen sus días y será bendecido.

Entonces para ir resumiendo, usted necesita: 

  1. Estar a cuentas con Dios, arrepentirse y aceptar el sacrificio de Su Hijo Jesucristo. 
  2. Buscar a Dios diariamente. 
  3. Leer Su Palabra y meditar en ella diariamente.
  4. Aplicarla en su diario vivir.

Y Su protección, Su provisión y Sus promesas le perseguirán. 

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